Hoy en día las redes sociales se han vuelto algo indispensable, más que todo, para los jóvenes. Lo que posteamos por las redes sociales tiene que ser minuciosamente controlado, porque estos sitios son de acceso público y nos pueden beneficiar como también nos pueden perjudicar. Por las redes sociales y otros medios podemos encontrar distintos patrones de tendencias o moda que nos parecen agradables y nos sirven de inspiración para nuestro propio estilo. En ellas abundan las críticas y los estereotipos, por supuesto, no debemos dejar que esto nos afecte porque es creado por personas cobardes que no se atreven a decir esas cosas en persona y que viven en un mundo virtual.
Uno de los espacios virtuales de mayor
influencia entre las adolescentes, es un sitio web llamado "Betches" http://www.betches.com/
creado por un grupo de chicas que solo piensan en una identidad basada en la
fortuna y el cuerpo como una característica única y de superioridad.
“Por ejemplo, es probable que las betches
crezcan en un ambiente con padres que han centrado sus esfuerzos por proveer a
sus hijas de bienes materiales más que de contención familiar. Lo cual, al
sumarlo a la exposición de los medios de comunicación masivos, escasamente
críticos y reflexivos, crean a personas que piensan que el dinero y la imagen
son recursos esenciales para destacar.”- explica Carolina Venegas, Psicóloga y
Docente de la Universidad de Concepción.
Todo tiene una explicación, incluso este
ridículo afán de la superficialidad y la necesidad de que todos piensen como
nosotros queramos y como la sociedad quiere que actuemos. La tolerancia es
esencial en estos casos porque nos va a permitir entender y aceptar que no todos
hemos pasado por lo mismo y que probablemente no lo haremos. Tener estos
pequeños gestos de amabilidad y tolerancia pueden ser más significativos de lo
que creemos.
“Son cosas chiquitas.
No acaban con la pobreza, no nos sacan del subdesarrollo, no socializan los
medios de producción y de cambio, no expropian las cuevas de Alí Babá. Pero
quizá desencadenen la alegría de hacer, y la traduzcan en actos. Y al fin y al
cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única
manera de probar que la realidad es transformable.”- Eduardo Galeano.